"...El maguey es como la raíz de nuestra tierra y el pulque su sangre, una sangre que debiera seguir alimentándonos...”




viernes, 6 de junio de 2014

Una Tostada



"...me dejo, me dejo, me dejo"


El peso era mucho, eso de cargar costales de cascajo no es lo mio aunque tenga antepasados mecapaleros.

El sol quema, me re quema la nuca, los brazos me dan comezón, no importa mucho estoy ayudando y al ritmo del Fonografo: música ligada a su recuerdo, mi abuelo canta una y otra vez que el no olvida el año viejo se ríe y me dice "yo soy el año viejo", me observa, noto el orgullo de que aviente 4 costales de cascajo a la carretilla de llanta desinflada para que los lleve a la entrada donde el camión de la basura espera para llevárselos sepa Dios a donde "échale otro, hijo, total si los aguantas" lo echo, mis brazos protestan y aunque lo hago por ayudar, espero mi paga ya de menos una coca cola fría digo por si traigo baja la presión debido al sol.



Me tengo que detener mas de una vez en el pasillo, el sudor me entra en los ojos me seco, me quedo mirando, parece tan lejana la puerta verde, mi abuelo grita "ándele, cabrón, que se va el camión" me apuro, bufo como animal de tiro, me resisto a que me ganen 5 costales de cascajo. Sucio y malhumorado se los dejo al de la basura, noto que me ve con sus ojos vacíos y tristes pero al mismo tiempo indiferentes "que no me vas ayudar a echarlos al camión" protesto de forma mental, saco la mejor de mis sonrisas y le digo "simio" se ríe, no se si de mi o de que estoy mas sucio y huelo peor que su camión. Subimos los costales me estrecha la mano y me dice "ahí me saludas al Manix y al Palillo chavo" le respondo con un escueto "va gracias" porque me urge bañarme. 

Veo como se aleja estaciono la carretilla le doy las gracias a mi tío que me ve como si apestara, le creo a su mirada: apesto.

Me baño lo cual resulta reconfortante y aliviador no hay nada mejor que bañarse después de trabajar eso se lo aprendí a mi abuelo que valora la limpieza como valora cada pesito ganado.

Se me hacia tarde para una cita importante, salgo de la casa limpio y tranquilo, mi abuelo me ve y se carcajea diciéndome "ese mi, gordito chingon, que fuerte es Ud se acaba de ganar este tostón para que se me empulque en grande, llegue tlapehue a la casa, para que le vea las orejas al conejo, un pulquito pa reponer la fibra sudada" me le quedo viendo me sonríe mucho mas con sus escasos dientes, me mira con esa ternura de quien te ha enseñado a ganarte el dinero lavando carros "oras, hijo, tome la tostada para que se compre una cubeta o dos de baba de oso" le digo "no pues chale, abuelo, con eso na mas alcanza para dos litros de blanco" hay sentimientos que no se pueden esconder aunque tengas la cara curtida de tanto trabajar y las arrugas invadan tu rostro: la sorpresa y el miedo son de los mas complicados, la cara de mi abuelo fue de sorpresa y miedo al mismo tiempo, abrió la boca pero no dijo nada, después de un momento exclamo "no me chingue, Gordito, tons donde se van a nutrir los obreros, afanadores y demás gente de trabajo pesado" no sabia que responder pues yo me había preguntado eso muchas veces, siguió estupefacto y dijo "son chinganderas asi como se lo digo, hijo son chingaderas el pulque es alimento y bebida" mi abuelo no se daba cuenta que el tiempo no perdona y que todo se va terminando y aunque para él sus pulquerias se hayan quedado vivas en la memoria, en la realidad ya ninguna esta en pie "cuando yo tomaba nombre había chingos, bullían las pulquerias, aserrín en el piso, tripas dorándose y una salsa picosa, algo digno de nosotros: ahí en la Anahuac estaban "El Pasito", "La Oficina", allá en Santa Julia "La Coronela", "Las Comadres", "Sin Nombre", en Lago Patzcuaro "Todos Contentos" y mi favorita en Tacuba "La Miniatura" Su mente va mas allá de donde lo puedo alcanzar y encarrerado se queda callado un momento, busca las palabras, se que esta a punto de decirme algo mas.

Le pregunto "oiga, abuelo, pues a cuanto estaba el pulque cuando dejo de tomarlo" regresa en el tiempo a muchos ayeres y me dice "$1 peso la elegante, $10 la charola y si querías maceta o camión $3" se relame los labios se le nota extraña la pulqueria no es la primera vez que lo veo y llego a esa conclusión, continua con su enojo "se acaba el pulque, se acaban las pulquerias, ahora donde chingados se van a divertir, con $50 yo daba gasto, me ponía bien torolaco, con $50 podía echarme varios camiones, llegar a la casa con mucho de sobra para lo que hiciera falta antes $50 si valian, así no se puede vivir" sus ojos se ensombrecen y le digo "los tiempos cambian, la vida sale mas cara abuelo esta cabrón ¿no?" 

Se rie de mi "cabrón es vivir sin lo que llena la panza, marea y da alegría, mire, hijo, el pulque es de familia Yo ya seque los magueyes que me tocaban llévese la tostada ojala la sirva de algo" me extiende la mano y me mete el billete en la bolsa de la camisa se da la vuelta, escucho un suspiro corto mi abuelo no es de los sentimentales pero creo que hoy una parte de su alma murió.

Como todos esos magueyes que el presume seco. Y que realmente no dudo que lo haya hecho.

1 comentario:

Lucifer dijo...

Y es cierto, generaciones pasadas se relamen las bocas arrugadas recordando los bellos pulques.
Yo tuve la fortuna de ir a una pulquería recóndita que ya ni recuerdo, pero me transportó a los tiempos donde mi abuelo a la hora de la comida arrimaba su ollita de pulque en el centro de la mesa y a tomar.
Sniff, la nostalgia.